domingo, 2 de diciembre de 2012

falta de administracion de recursos

Abundancia y escasez de recursos naturales



La escasez de recursos y la necesidad de elegir.



El problema económico básico es la insuficiencia de recursos para satisfacer todas las necesidades y deseos humanos






Las
necesidades humanas tienen la característica de ser ilimitadas, esto es, una vez cubiertas las más básicas, surgen otras de orden superior, luego otras, y así casi hasta el infinito.



El fin de toda sociedad es
la satisfacción de las necesidades de sus propios ciudadanos. Pero para conseguirlo hay que disponer de una serie de recursos que puedan convertirse en bienes y servicios aptos para el consumo de la población: alimentos, vestidos, casas, carreteras, hospitales, escuelas, etc. Los recursos productivos, por tanto, son todo aquello necesario para producir bienes y servicios: materias primas, trabajo, maquinaria, energía, construcciones, capital financiero, etc.







El problema es que los recursos son limitados, frente al carácter ilimitado de las necesidades y los deseos que hay que satisfacer
. Existe, por tanto, en la vida económica una escasez relativa, como consecuencia de esta contradicción.






Sin embargo, la escala de la escasez es diferente para las distintas personas o sociedades. Por ejemplo, para un pobre o para un rico: mientras que el primero la sufre de forma dramática, el segundo la vive como una frustración por tener que privarse de algún deseo. En cualquier caso, y dado que las necesidades tienen un carácter cultural, la escasez existe para todos, aunque a veces lo olvidemos y vivamos como si los límites no existieran.




La actividad económica surge precisamente para superar el problema de la escasez de recursos. La imposibilidad de obtener todo lo que deseamos nos obliga a elegir qué vamos a producir con esos recursos limitados, qué necesidades se van a satisfacer y cuáles no.


Los distintos protagonistas de la actividad económica, o agentes económicos, deben tomar decisiones diariamente.



Las familias y los individuos tenemos que elegir en qué gastar nuestros ingresos, siempre limitados: comida, casa, ropa, videojuegos, música, etc. O decidir cómo utilizar nuestro tiempo: dedico la tarde a estudiar o a hacer deporte, o quizás voy al cine con los amigos... porque el tiempo, es decir la vida misma, es otro recurso escaso.






Las
empresas, por su parte, deben tomar decisiones sobre cómo invertir su presupuesto financiero, por supuesto limitado: qué bienes producir, cuántos trabajadores contratar, cuantos equipos adquirir, etc.








Y a nivel colectivo los
gobiernos toman decisiones sobre la forma de gastar los ingresos públicos, los impuestos: viviendas, carreteras, escuelas y universidades, centros de salud, etc.



En definitiva, cada uno de nosotros, en nuestro papel de consumidores o de empresarios, tomamos todos los días numerosas decisiones económicas individuales. Estas decisiones, unidas a las que toma el gobierno en representación del conjunto de la sociedad, dan un resultado económico final (a nivel nacional, regional supranacional).


La Economía estudia la forma en que los individuos y las sociedades realizan sus elecciones económicas. Por ello se le suele calificar como la ciencia de la decisión.
 
 Yacimientos de hidrocarburos en Argelia
 
Los países ricos no son necesariamente aquellos que tienen grandes cantidades de recursos naturales. Un ejemplo es Japón, que, sin apenas recursos naturales, ha sido durante décadas la segunda potencia económica del mundo. El caso contrario sería la República Democrática del Congo, que, con una gran riqueza de recursos naturales, está entre los más pobres del planeta. En la mayoría de los casos, los sistemas de explotación de recursos están organizados por pequeñas elites locales o empresas foráneas (multinacionales), por lo que la riqueza revierte hacia el exterior en lugar de hacia el propio país. Otras veces son las dificultades para obtener rentabilidad las que impiden la explotación de un recurso. Eso ocurre, por ejemplo, cuando hace falta una gran inversión previa en infraestructuras que son casi inexistentes.


A esto hay que añadir que hay países que tienen recursos, pero carecen de importancia en la moderna economía. En cambio, hay otros que tienen apenas un recurso, pero de gran importancia estratégica, como el petróleo, lo que les permite desarrollarse con mayor celeridad. Es el caso de algunos emiratos del golfo Pérsico .

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